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12 abril 2010 1 12 /04 /abril /2010 17:52

 

 

 

El poder de las palabras 6ª parte

 

    En los cinco capítulos anteriores sobre el poder de las palabras he analizado someramente sobre el poder que éstas mismas, tienen en una conversación dicha y hecha en un tiempo y en un lugar concreto,  también con personas concretas, porque cuando alguien está hablando siempre hay alguien escuchando, aunque a veces seamos nosotros mismos tanto los oyentes como también los receptores, no necesariamente tienen que existir dos o más personas para que exista diálogo.

 


    En éste apartado trataremos sobre las conversaciones nacientes en la interrupción que se puede dar en el fluir transparente de la vida, a cuya interrupción desde el punto de vista de Ontología del lenguaje, se le denominará quiebre.

 


    Hemos recorrido un buen trecho y hasta aquí no hemos mencionado el  significado de la palabra “ontología” y la ontología es la parte de la metafísica que estudia al ser en general y sus propiedades trascendentales, pero alejándonos de éste concepto clásico y apartándonos de la metafísica la ontología hace referencia a nuestra comprensión genérica, nuestra interpretación de lo que significa “ser humano”.  “El lenguaje es por sobre todo, lo que hace de los seres humanos el tipo particular de seres que son. Los seres humanos, plantean, son seres lingüísticos, seres que viven en el lenguaje. El lenguaje, postulamos, es la clave para comprender los fenómenos humanos.“  Rafael Echeverría.

 


 

 

 


     También muchos se preguntarán ¿Por qué?  Hemos metido la teología en un ensayo meramente filosófico. La respuesta se la robó a Nicolás Malebranche filósofo y teólogo francés, quien según su conocida formula “vemos todas las cosas en Dios.” Dios es la única causa verdadera, siendo las demás causas ocasionales. Cuya doctrina considera que el trabajo filosófico no comienza en el hombre sino en Dios, no sale del espíritu del Ente sino que desciende del Ente al Espíritu.  Espero explicarme bien porque en este diálogo interno que estoy sosteniendo conmigo mismo, pensando, investigando y escribiendo siento que me pierdo en esa danza interminable al compás de un ritmo melodioso de palabras desconocidas dichas y hechas.

 


 

     ¿Por qué hemos metido a Dios en éste trabajo? Dejando por un lado el hecho de haber sido acusado de panteísta Vincenzo Gioberti (filósofo y sacerdote italiano del siglo XVIII),  pretende explicar el origen de las ideas mediante la adecuada intuición del Ser Absoluto, sostenía que la “idea primerísima” es decir, Dios, es la primera idea de la mente. Para Gioberti vemos todas las cosas en Dios, fórmula del ontologismo, pero a través del hombre y en él. Por lo tanto, sólo conocemos, si admitimos  previamente que Dios es en nosotros y en nuestra mente con presencia ontológica aunque no se identifique con nuestra mente. Por eso he metido a Dios en éste discurso, porque “Al principio existía la palabra y la palabra estaba junto a Dios, y la palabra era Dios. Ella existía al principio junto a Dios, todo existió por medio de ella, y sin ella nada existió de cuanto existe. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres; la luz brilló en las tinieblas y las tinieblas no la comprendieron.” (Jn 1,1-5).-

 


 

 

      Si bien es cierto el ontologismo como sistema filosófico da a Dios prioridad tanto en el Ser como en el conocer,  su posición ontologista ni es obvia ni su razonamiento muy correcto y tal vez por eso se vio seriamente criticado por la filosofía neo-tomista en varias ocasiones y para no correr la misma suerte que corrió el ontologismo en el siglo XVIII, al habérsele  encontrado y  condenado siete errores de tipo ontologista por el Tribunal del Santo Oficio y “para no ser quemado en leña verde” metafóricamente hablando,  es que  he querido subordinar lo ontológico a lo teológico, porque tal y como decía Santo Tomás de Aquino (sacerdote dominico del Medioevo y actual doctor de la Iglesia):  “Si la existencia de Dios es evidente de por sí, en contraposición a las evidencias mediatas por la demostración y a lo totalmente desconocido.”

 


 

     Partiendo de éste modo particular de ver las cosas, creo que no hay que divagar en tanta elucubración, según el argumento ontológico de Santo Tomás, que considera posible demostrar la existencia de Dios a partir de su comprensión intelectual del concepto de Dios, sin utilizar ningún dato del mundo, ninguna experiencia de la realidad. Este argumento es racionalista porque va de de la mente al mundo y no de la experiencia del  mundo a Dios, a partir de la comprensión de una idea, partiendo de una idea. ¿Acaso no son ideas las que queremos materializar? No basta comprenderlas y razonarlas,  hay que llevarlas a la práctica, sino, tan sólo sería una palabra, una idea muerta si no nos lleva a la acción. ¿Acaso no está Dios, en todo acto creador que se dé mediante la acción de una idea, palabra o conversación?

 

 


      Fray Guillermo delgado, OP  dice: “Cuida que las palabras y las ideas no se te vayan al infinito.” La mías creo, ya han llegado al espacio sideral y me están causando quiebres. Estoy interrumpiendo el fluir transparente de mi vida, con tanta idea, con tanto pensamiento; estoy tratando a veces de transportar datos del pasado, hacia el presente para que me oriente en mi viaje hacia el futuro. A pesar que el pasado ya murió y del futuro que aún no llega me afano a veces por el mismo, a pesar que no debo de jactarme del día de mañana, porque no sé lo que me reserve(proverbios 27,1).

 


 

¡Basta ya por tánto afán! y el quiebre es precisamente eso, decir basta ya, a las cosas que me causan disgusto, a los problemas, a lo que no me deja crecer y ser trascendente en todos los aspectos de la vida, (aunque los quiebres no son sinónimo de problemas). Basta ya al indiferentismo, a la falta de acción, de voluntad, de deseo de superación, a la mediocridad.  Basta ya a los vicios, al pecado en todas sus manifestaciones, a un trabajo chapucero, a la falta de liderazgo. Declaro que a partir de ahora, mi vida será diferente, haciendo las cosas diferentes, pensando diferente, liderando diferente, accionando diferente. No se obtienen cosas diferentes haciendo exactamente lo mismo, sin evolucionar, sin mutar espiritual, cognitiva y físicamente. En el concierto del mundo he sido puesto por Dios para hacerme cargo de ese mundo con soberana exactitud: “Y les bendijo Dios y les dijo: Sean fecundos, multiplíquense, llenen la tierra y sométanla.” (Génesis 1,28).-

 

 


    El versículo bíblico dice “sométanla” que significa según el DRAE conquistar, subyugar, pacificar, subordinar, encomendar entre otras cosas; por lo tanto si Dios me facultó para hacer con toda la tierra y demás seres de la creación todo lo anterior, a lo largo y a lo ancho de la misma ¿Cómo no voy a ser capaz para dominar, conquistar y subordinar una acción? ¿Por qué no he de subyugar todas aquellas ideas que no me dejan avanzar? ¿Por qué no puedo dominar mi forma de ser, de hacer, de aprender, de desaprender y de vivir si Dios me ha encomendado cosas mayores? Fui dicho y hecho para dominar la tierra, por lo tanto “no digás que no podés” (Tony Meléndez); anteponiendo a todas nuestras ideas, la palabra “clave”, la palabra “acción”.

 


 

     Era el año de 1996 cuando un amigo mío, quien fungía como Gerente de Ventas de una importante aseguradora del país, Seguros de Occidente, S.A.  Me nombró Gerente de Agencia para la región de Alta Verapaz; después de diez años ininterrumpidos en la colocación y venta de seguros;  inmediatamente a ese nombramiento se me presentó otra oferta de parte del Gerente de Ventas de Comercial Aseguradora Suizo Americana, S.A. para ocupar el mismo puesto, en el mismo lugar pero con mejores oportunidades, a la cual accedí y nueve años después se me nombró Gerente Corporativo tanto de Seguros CASA como de Seguros GyT, S.A.; ante el hecho de una importante adquisición accionaria de parte de Corporación GyT; comprando tanto la aseguradora como la afianzadora CASA ambas coexistían en el mercado guatemalteco con su respectiva razón social y con administraciones diferentes; al poco tiempo CASA fue fusionada a GyT y desapareció como tal; continúe con el cargo en la agencia Cobán hasta el día de hoy.

 


 

     Durante todos esos años tuve tantos quiebres como circunstancias hay en la vida, que interrumpieron el fluir transparente de mi vida, pero todos me llevaron a la acción, por ejemplo: en los diez primeros años en el campo de las ventas de seguros ¿Cuántas gentes me dijeron que no necesitaban un seguro? Por diversas razones: “el precio del cardamomo bajó”, “el café bajó de precio en la bolsa de Nueva York”, “no tengo dinero”, “el dinero del seguro servirá para el lechero”, “si mi mujer y mis hijos no me quieren oler que me entierren” entre tantos otros argumentos sin fundamento, la mayoría fueron quiebres por muy corto tiempo, siempre me invitaron a la acción, refutándolos y demostrando que todo lo anterior carece de sentido en la adquisición de un programa de seguros completo, seguro que en su momento se convierte en  una maravillosa lámpara de Aladino proporcionándole a la viuda y a los hijos, seguridad económica, comida, techo, abrigo, educación, instrucción, comodidad y confort, entre otros. El haber refutado tanta objeción y formulado juicios diferentes me llevó a la acción de obtener la venta, generando acciones futuras  siempre bajo condiciones favorables; porque hoy, más que nunca, las circunstancias están dadas para colocar una póliza de seguro de vida, automóviles,  incendio y terremoto, ante la situación política y social que vivimos los guatemaltecos todos los días, según los expertos cada noventa minutos muere un conciudadano a consecuencia de la violencia, todos los días hay robos y atracos de vehículos, a menudo está temblando en el mundo, causando terremotos con su alto índice de caos, destrucción, desolación y muertes. ¿Qué mas razones necesitamos explicitar para vender un seguro?

 


 

    En el ámbito gerencial durante mucho tiempo estuve varado en el camino hacia el éxito por causa de un quiebre, cuántas veces llegué a suponer que estaba asociado sólo por gente mediocre y descontenta, hasta que mediante las conversaciones para la coordinación de acciones, empecé a generar acciones futuras, modificando las cosas respecto de su estado actual, en otras palabras los resultados, obteniendo un crecimiento, aunque mínimo, evidencia que el quiebre está siendo superado.

 


     En este nuevo estilo de gerenciamiento como líder coach y mediante el poder de las conversaciones, los actos lingüísticos que  me permitirán que surjan nuevas realidades son las peticiones, ofertas, promesas y declaraciones.

 


     ¿Acaso no es eso lo que nos cambiará la vida en el devenir de los tiempos mediante el acto creador de una palabra dicha y hecha?

 


     Mediante una promesa buscando que otras personas ejecuten las acciones pertinentes de acuerdo a ciertas condiciones, cumpliendo y haciendo cumplir las mismas; mediante peticiones presentes esperando acciones en el futuro, pidiendo esperando que algo pase, con el poder de las mismas incrementando nuestra capacidad de logro, estableciendo tiempos definidos; mediante las ofertas aceptadas, proponiendo a mis asociados llevar a cabo el cumplimiento de sus metas en el futuro para hacerse acreedores a la amplia gama de premios e incentivos que existen para todos aquéllos que cumplen sus promesas y metas; mediante el buen uso y conocimiento de los actos lingüísticos evitando las principales incompetencias:

 



           1.No hacer peticiones correctas y necesarias

           2.No comunicar lo que quiero

           3.Incumplir promesas

           4.Crear falsas expectativas

           5.Tono inmoderado de voz

 


 

Sino haciendo afirmaciones verdaderas, validando o invalidando declaraciones, emitiendo y fundando juicios con hechos y evidencias, revisando la temporalidad de tales juicios a la hora de una planificación estratégica.

 

 

   Ésas son las competencias que me acompañarán de ahora en adelante, haciendo las cosas viejas nuevas, relacionándome mas a menudo con los demás,  coordinando acciones con ellos, cambiando mi mundo, mi realidad y a la vez, cambiando sus mundos y también sus realidades, mediante el poder de los actos lingüísticos, de una palabra dicha y hecha, hilvanadas en el interior de la empresa, viéndola como una red estable de conversaciones, trascendiendo con el poder de las mismas a todos y cada uno de sus miembros individuales.

 


    ¿Acaso no es el seno de la empresa donde se dan las promesas mutuas? Y las promesas resultan de las conversaciones, ¿No es aquí en donde se satisfacen las ofertas, las peticiones y declaraciones?

 


    ¿Somos una palabra dicha y hecha? Por lo tanto hoy, declaro que estámos siendo eternamente bendecidos y en estado permanente de victoria. Los muertos han resucitado y han vuelto a la vida empresarial diciéndose  ¡Levántate muerto! Porque según el poeta: No son muertos los que en paz descansan en la tumba fría, muertos son los que tienen muerta el alma y viven todavía.

 

 

     Con el poder de las palabras hemos cambiado nuestro mundo, hemos cambiado nuestra realidad, y con ello los mundos y  realidades de la gente que depende de nosotros mismos.

 

 


  “Y Dios dijo: Hágase la palabra.”

 

 


 

José Luis Riveiro Fernández

Gerente de Agencia Cobán

10 de abril de 2010

 Fuente video:http://www.Youtube.com

 

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