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4 noviembre 2014 2 04 /11 /noviembre /2014 22:57

Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: La voluntad”-Albert Einstein-

A comienzos del presente año un grupo de personas emprendedoras  reunidas en algún lugar, concebimos la idea de hacer una campaña de ventas denominada “Conquistando mi propio Everest”,  en una manta de vinil  de 2x2 metros plasmamos la fotografía del pico más alto del mundo  y la pusimos en el fondo de la pared  de la sala de sesiones de nuestra oficina; el simulacro consiste en ‘escalar’ el pico y llegar a la cúspide mediante el cumplimiento de una meta previamente establecida.

Convencido de que los que realmente han conquistado su cima desde los pioneros  Edmund Hillary y el sherpa Tenzing Norgay hasta los últimos,  lo hicieron gracias a una serie de cualidades excedida por una voluntad inquebrantable por alcanzar el éxito en la tentativa de tal faena.

Como si de alumbramiento se tratase y después de muchos dolores de parto algunos parieron  la criatura: “La voluntad”, nueve meses después de su concepción vimos su nacimiento y va en vertiginoso crecimiento hacía la cúspide. Justa y sobrada razón tenía Einstein al afirmar que la voluntad es una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica.

¡Visión,  valores, voluntad y  pasión!  Son los puntos de apoyo que necesita un emprendedor para mover el mundo; parafraseando a Arquímedes de Siracusa y el  apalancamiento requerido  lo he encontrado  en la fórmula sugerida por el Psicólogo Social José María Gasalla (Profesor de Deusto Business School) útil  para todas aquellas personas que quieran reinventarse en la vida independientemente de cuál  sea su profesión u oficio: E=3VxP; en donde E significa emprendimiento, 3V-visión, valores, voluntad- y P es pasión.

Adentrándonos en el marco conceptual de los términos descritos en la fórmula en mención Leonor Jaramillo indica que  el emprendimiento es una capacidad que tienen los seres humanos para salir adelante de manera novedosa y con ideas renovadas el término se deriva del francés “entrepreneur” que quiere decir pionero y esa es la capacidad de una persona que ‘apalanca’ con esfuerzos adicionales para alcanzar metas. Según Jaramillo la acepción que se tomó es la que se refiere a la “aptitud y actitud de la persona que le permite emprender nuevos retos, nuevos proyectos y que le permite dar un paso más”; dar la milla extra, siempre un paso más hacia adelante.

Referente a la visión,  la economista Valeria Granata, quien trabajó en el ámbito empresarial, marketing y ventas nos dice que la visión personal es individual y delineada por cada quien en sintonía con sus intereses, recursos, fortalezas y debilidades. Tiene que ver con metas y objetivos.

En nuestra organización cada quien se ha planteado una meta diferente, concreta,  basada en sus particulares necesidades y deseos, género de vida y sentido de pertenencia.

Al irrumpir  en el campo axiológico creímos pertinente describir y practicar algunos valores fundamentales que nos sirvan como instrumentos para corregir el rumbo, cuando éste se esté desviando, en nuestro caso nos inclinamos por  la integridad, responsabilidad, fidelidad, solidaridad, discernimiento  y la  excelencia subordinándolos a los descritos en la fórmula. No practicar ninguno  significa perder categoría como personas.

Como valor la voluntad es “la capacidad de los seres humanos que nos mueve a hacer cosas de manera intencionada, por encima de las dificultades, los contratiempos y el estado de ánimo”. La falta de voluntad se caracteriza por la influencia de la pereza,  la comodidad y la inconstancia,  enemigos tenaces que dificultan el libre fluir en el actuar.

Referente a la pasión, Gasalla dice que es el valor que facilita el fluir, es la energía alineada con los valores que sirven para implicar y comprometer a los compañeros de viaje, que podamos tener, explica.

La pasión es ese toque con energía eléctrica que evita que el sopor de la complacencia se instale en la mente y el corazón de alguna persona; evitando que ésta logre significancia en todo lo que emprende.

Emprendimiento, visión, valores, voluntad y pasión son los puntos de apoyo que necesita un emprendedor para catapultarse hacía la cúspide del éxito en el  amplio y estricto sentido de la palabra y son para la victoria lo que el oxígeno a la existencia.-

 

José Luis Riveiro Fernández

 

Santo Domingo de Cobán, 25 de octubre de 2,014

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18 septiembre 2014 4 18 /09 /septiembre /2014 17:49

Para salir un poco de la alienante y esclavizante rutina, un lunes cualquiera, día de nuestra acostumbrada reunión de saco y corbata en el interior de la agencia dimos un cambio a la misma y revirtiendo el orden de las cosas nos despojamos de nuestra indumentaria de trabajo y  nos pusimos ropa deportivo para dirigirnos al Parque Nacional las Victorias (área protegida y pulmón urbano en el corazón del Imperio Cobanero) para correr en una de sus pistas de atletismo; las hay de todas medidas y grados de dificultad según la disposición y la preparación  de los atletas: el Caracol tiene 8 kilómetros, La Monjita 1.2  Km.,  Verapaz 1.6 Km, La Timil (que en idioma maya queckchí significa “despacio”) 2.5  Km y la Montaña 4 km; todas enclavadas en la densa montaña; subidas y bajadas y uno que otro  obstáculo natural que dificulta el tránsito; accidentes geográficos, animales rastreros como la serpiente de coral, coralillo y falso coral, la primera venenosa pero menos tóxica que  las que se pueden encontrar a lo interno de las organizaciones.

 Por “unanimidad” decidimos  medio caracol; y al final dimos el kilómetro extra.

Durante nuestro tránsito por la vereda boscosa me percate que el grado de preparación psicofísica del personal es diferente; algunos necesitaron “doble y retranca” para acelerar cuesta arriba; otros necesitaron alguno que otro descanso para recuperar el ánimo; la motivación también fue diferente; máxime cuando los kilómetros hacia arriba se hacían interminables. El trabajo en equipo fue notable en aquellos que practican el atletismo de fondo con asiduidad desacelerando el paso y afectando su tiempo fueron a animar e influenciar a los que se habían retrasado. Tarareando al poeta recordé aquella frase con que solía darme ánimo al comienzo de mi actividad en la aseguranza: “Cuando todo tu camino sea cuesta arriba, descansar acaso debas pero nunca desistir”

Concluida la actividad física, nos dirigimos a la laguna  ubicada en algún paraje paradisíaco dentro del parque, para descansar, almorzar y hacer una analogía entre nuestro trabajo y el de un corredor de fondo;   concluimos que tanto el uno como el otro necesita de una preparación física, mental, espiritual; entrenamiento y re-entrenamiento para  estar en forma y poder así alcanzar las metas y los objetivos que se plantean; como el scout  ambos deben “vencerse a sí mismos”; para cumplir a cabalidad sus metas y objetivos y  al superarlas;  inmediatamente deben trazar la siguiente. Tanto el asesor de seguros como el maratonista de éxito tienen una visión, una misión, valores nucleares y objetivos;  no buscan los atajos ni la senda fácil y continuamente están en carrera; trabajan  sobre sus capacidades psicológicas y emocionales para no caer en la rutina, el acomodo y el sopor de la complacencia que causa la zona de confort. En ambos, el cumplimiento de sus metas  incrementa su valía y su auto-concepto.

Evidentemente no todos emprenden, trabajan y actúan  algunos se quedan en el intento  por no insistir y  persistir  como lo hace el fondista.

Pasado el medio día,  multiplicamos  “los panes y los peces” que llevábamos dentro  del morral  y almorzamos debajo de la arboleda, sirviéndonos   como  testigos presenciales  los palos de chut que callados reposan en el bosque y el lagarto que habita las profundidades de la laguna quien al escuchar nuestros planes y proyectos de futuro  sin duda,   un esbozo de sonrisa filosófica se dibujó en su rostro.-

 

José Luis Riveiro Fernández

 

Santo Domingo de Cobán, 15 de septiembre de 2014

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7 agosto 2014 4 07 /08 /agosto /2014 17:21

Hará un par de años cuando un “motivador” visitó mi entorno laboral para hacer una auditoria comercial-según sus palabras- al final de la misma nos dirigimos a un restaurante cercano para comer y durante la tertulia me comentó que había detectado una “manzana podrida” dentro del personal, me refirió su nombre y me recomendó que “en las primeras de cambio” despidiera a este sujeto porque de lo contrario contaminaría a los demás. La etiqueta aplicada a la persona en referencia no fue muy de mi agrado y por supuesto no me deje llevar de su consejo; (para mi mala fortuna) por el contrario, creyéndome poseedor de algún poder taumatúrgico concebí la idea de transformar a esa “manzana podrida” en una persona merecedora de un título más noble.

 

Transcurrieron los años y a esta “manzana” no le fue posible deponer su actitud mental negativa y rápido se convirtió en un “bellaco de maldades, depositario de mentiras, maldiciente y murmurador”, según las palabras de Don Quijote de la Mancha, en adición a las descripciones que Nicolás Maquiavelo hace en su “buena regla general” en El Príncipe como: “ingrato, voluble, mentiroso, impostor, cobarde y ávido de ganancias”.-

 

“Uno tiene que ser un gran mentiroso y un hipócrita”-aconseja- Maquiavelo; que ante tantos adeptos que tiene a veces se está tentado a pensar que esa es la regla general, no la excepción.

 

Se fue la persona aludida y rápido llegó otra peor, alguien que se aprovechó de nuestra buena fe, del apoyo técnico y académico recibido, de la magnanimidad de la agencia de seguros. Lo aceptamos en el equipo, cuyos veteranos lo recibieron como un compañero más, ofreciéndole todo su apoyo, empezamos a desarrollarlo, pero éste rápido demostró de que “madera estaba hecho” y al igual que Judas el traidor, demostró tener precio no dignidad, derechos ni libertad.

 

”Hombre pobre de espíritu y dominado por sus necesidades inmediatas” diría Maquiavelo de él.

 

Pero, dejando por un lado estos conceptos reduccionistas que en muchas personas es su mejor carta de presentación, se debe suponer que “manzanas podridas van y vienen”; no serán las primeras ni las últimas en nuestros procesos de contratación y para evitar problemas a futuro es mejor indagar más, antes de integrar nuevo personal y en esa gestión, no está demás conocer el proyecto social del filósofo Jacques Maritain quien a partir de algunos errores en la consideración de la persona humana propone un nuevo concepto de cultura -organizacional diría yo- en la que el ser humano pueda vivir como persona, libre de toda miseria que lo aliena y esclaviza impidiendo su desarrollo integral.

 

A diferencia del conferenciante que me visitó, algunos ejecutivos que ocupan altos mandos, Don Quijote de la Mancha, Maquiavelo, Vargas Vila y muchos autores más; Maritain concibe al ser humano como alguien inmanente y trascendente y por lo tanto puede hacer su propia historia y desarrollarse en el vasto y estricto sentido de la palabra, evitándose así todas las etiquetas reduccionistas, economicistas que le ponen un sobrenombre y precio, desvinculándolos de su dignidad como hijos de Dios.

 

Este nuevo orden de ideas tiene una exigencia en tanto que pretende que todos los hombres y las mujeres se sacrifiquen para obtener una vida mejor, en donde todos tengan lo suficiente para vivir con dignidad y comodidad pero con austeridad y sobriedad para poner en práctica los valores del Reino de Dios y permanecer siempre “bajo el régimen de Cristo”. Advierte otros postulados un tanto utópicos según mi consideración y que por ello evito, al menos en esta reflexión que parecerá extraño a algunos estudiosos de la ciencia administrativa, con pensamiento de corte neo-liberal.

 

“Manzana podrida, bellaco de maldades, depositario de mentiras, maldiciente, murmurador, hipócrita, mentiroso, voluble, impostor, cobarde y ávido de ganancias”; son calificativos que no pocas veces los merece mucha gente; incluyéndome. Pero, son conceptos reduccionistas de aquel que irrumpió en el mundo cuando dijo Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza” Génesis (1,26).-

 

José Luis Riveiro Fernández

Santo Domingo de Cobán, 01 de agosto de 2,014

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1 abril 2014 2 01 /04 /abril /2014 23:50

   

article-2057546-07F4A571000005DC-440_634x421-copia-1.jpgDe Egipto hacía la tierra prometida el pueblo naciente de Israel tuvo que vagar durante cuarenta años por el desierto por ser unos “bellacos de maldades, depositarios de mentiras, maldicientes y murmuradores” haciendo gala  del estilo redaccional del quijotesco Don  Miguel de Cervantes y por ser desobedientes a las leyes que Dios da a Moisés según el libro del  Éxodo. Ese pueblo de “dura cerviz” entre picaduras de alacranes y mordeduras de serpientes, intrigas y contiendas sufre las inclemencias del desierto hasta que  Josué  es nombrado por el mismo Dios como líder del pueblo, después de la muerte de Moisés. “Arriba, pues; pasa ese Jordán, tú con todo este pueblo, hacia la tierra que yo les doy” “No te dejaré ni te abandonaré” le dice; pero demanda de él fortaleza y valentía como valores humanos y no apartarse de la ley mosaica “ni a la derecha, ni a la izquierda”, para que tenga éxito y suerte  a donde quiera que  vaya y en todo lo que emprenda.


Ratifica Dios lo conducente en los siguientes términos: ¿No te he mandado que seas fuerte y valiente? No tengas miedo ni te acobardes, porque Yahvé  tu Dios estará contigo adondequiera que vayas.-


¡Fuerte y valiente! Y no apartarse de la ley para alcanzar el tan anhelado éxito a donde se vaya y  en todo lo que se emprenda desde ahí.


La fortaleza como virtud nos ayuda a vencer con valor  todos los obstáculos y peligros que la vida misma nos pone por delante y a aguantar sus embestidas por duras que estas sean, trae consigo algunos principios subyacentes como la decisión, el valor, el coraje, la energía y el aguante para contra atacar y resistir; es necesaria en todos los ámbitos de la vida: Espiritual, laboral, social, intelectual entre otras.


La valentía no significa ausencia de miedo, el que no tiene miedo significa que ya está muerto. El hombre y la mujer valiente es quien hace lo que tiene que hacer cuando lo tenga que hacer, donde lo tenga que hacer y con quien lo tenga que hacer,  aunque tenga miedo. El miedo y la cobardía son un peligro social de la mediocridad y en palabras de José Ingenieros los mediocres son incapaces de concebir la perfección, no tienen un ideal, casi siempre piensan con la cabeza de los demás y el horror a lo desconocido los ata a mil prejuicios tornándolos timoratos e indecisos, carecen de iniciativa y miran siempre de forma retrospectiva como si tuviesen los ojos en la nuca.


A Josué Dios le mandó ser fuerte y valiente, a no tener miedo y a no acobardarse y le hace la promesa de estar con él a donde fuera. Todos estos acontecimientos según la historia y la arqueología bíblica tuvieron lugar en el siglo XIII a. C. y hoy;  1,981 años d. C. tales valores y la promesa son de permanente actualidad; siguen en pie y según mi particular punto de vista  son  pre requisitos para obtener y mantener de forma sostenible y sustentable el éxito en todo lo que emprendamos: Esfuerzo, fortaleza y valentía; no ser miedoso ni cobarde y no apartarse de la ley ni a la derecha ni a la izquierda. El Coach de coaches y Maestro de maestros Jesús de Nazaret sintetizó y actualizó esa ley en dos: “Amarás al Señor, tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente y al prójimo como a ti mismo”. San Agustín lo dice en los siguientes términos “Ama y haz lo que quieras”.-


Solo poniendo en práctica el gran mandamiento del amor y priorizando esos valores dentro del campo axiológico y cumpliendo con nuestros deberes según nuestro código  deontológico  atravesáremos nuestro propio desierto, con todas y cada una de las circunstancias desfavorables con que éste nos atormenta,  nos levantaremos en el amplio y estricto sentido de la palabra y  pasaremos nuestro Jordán para conquistar la tierra que Dios nos ha prometido: El territorio de la República de Guatemala para asegurar todo lo asegurable con fina precisión y alto grado de maestría.


¿No te he mandado que seas fuerte y valiente? (Mónica, Nelvin, Jimmy, Miguel, Alejandro, José Luis, Juan Carlos, Marvin, Henry, Fernando, Arnulfo, Germán, Sheny y Michelle) No tengas miedo ni te acobardes, porque Yahvé tu Dios estará contigo adondequiera que vayas” Josué 1,9.-

 

 

José Luis Riveiro Fernández

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13 marzo 2014 4 13 /03 /marzo /2014 16:34

 

Entre los diversos diálogos sostenidos por los personajes de la tragedia de William Shakespeare, Hamlet; ocupa mi razón  algunos principios elementales que Polonio recomienda a su hijo Laertes, con ocasión de una despedida que  en tono severo hace el primero  por no darse prisa en ponerse en movimiento y aprovechar la marea; el segundo, Junto a su bendición externa   los siguientes consejos:

01.- No le prestes  lengua al pensamiento, ni lo pongas por obra  si  es impropio;

02.-  Sé sociable pero no con todos;

03.- Al amigo que te pruebe su amistad sujétalo al alma con aros de acero, pero no embotes tu mano  agasajando al primer conocido que te llegue;

04.- Guárdate de  riñas,  pero si peleas, haz que tu adversario se guarde de ti;

05.-A todos presta  oídos; tu voz a pocos;

06.- Escucha el juicio de todos y guárdate el tuyo;

07.- Viste  cuan fino permita tu bolsa, más no estrafalario; elegante no chillón, pues  el traje suele revelar al hombre;

08.- Ni tomes ni des prestado, pues dando se suele perder préstamo y amigo,  y tomando se vicia la buena economía.

09.-  Y sobre todo continúa Polonio: “se fiel a ti mismo, pues de ello se sigue, como el día a la noche, que no podrás ser falso con nadie”.

“Se fiel a ti mismo” sin duda alguna un principio universal  que ya muy pocas personas llevan a la práctica y que denota a aquella persona que guarda fidelidad y  cumple sus promesas con exactitud y es veraz  en el estricto y vasto sentido de la palabra, en todos los ámbitos de la vida misma: Espiritual, sentimental,  laboral, familiar, social, eclesial, cultural, emocional, personal, moral, ética,  profesional y financieramente hablando;  entre un largo etcétera en virtud que la lista en mención, puede seguirse ampliando según se considere pertinente.

¿Cuántos problemas podrían evitarse siendo fiel consigo mismo? Porque la persona que no es fiel consigo mismo difícilmente podrá ser fiel a los demás.

El “Se fiel a ti mismo” sintetiza y actualiza los demás postulados, viejos principios fundamentales que debieran ser de observancia general.  La persona que es fiel a sí misma no pone en práctica lo que es impropio;  sabe con quién ser sociable y se aparta de las personas de dudosa honorabilidad;  encuentra en el verdadero amigo un tesoro y lo cuida como tal;  evita las riñas verbales y corporales; “jamás discute con un imbécil porque sabe que este lo hará descender a su nivel y allí le ganará por experiencia”; el mejor conversador es el que  escucha mucho y habla poco y “todo lo guarda en su corazón”,   “su si es sí y su no es no”; sabe que lo demás procede del maligno; “viste cuan fino permite su bolsa”, sin caer en el consumismo, es austero y sobrio en el vestir,  pero lo hace con  dignidad y recato, porque en este mundo post moderno “como te ven te tratan”; no toma lo que no es suyo y no pone en peligro su economía para no acarrearse a sí mismo y a los demás grandes males; como diría Montesquieu “una injusticia contra una sola  persona constituye una amenaza hacía las demás”; dilapidar la propia economía y tomar lo que no es propio amenaza no solo al que tal hace sino a todo el núcleo familiar y el entorno laboral y social;  poniendo en peligro la salud y la seguridad, la paz y la tranquilidad de todos los que resultaren afectados.

La fidelidad es un valor que debe cultivarse, cuidarse y practicarse más a menudo y no debe ser tan solo un adorno  en  nuestra visión, misión y valores;  ricamente enmarcado y colgado en el lobby de la empresa, el colegio o la universidad; al estilo de aquella institución policíaca en los tiempos del terror  en Guatemala, por suerte muerta ya,  cuyo  slogan rezaba: “Semper fidelis”; y como sus miembros no sabían  latín, apenas español;  nunca fueron fieles a ellos  mismos, mucho menos  a los demás.

Como diría Laertes a Polonio en esa escena   “Humildemente de vos me despido”.-

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José Luis Riveiro Fernández

Santo Domingo de Cobán, 11 de marzo de 2014

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26 julio 2013 5 26 /07 /julio /2013 23:30

     La fama del montañista y explorador neozelandés Edmund Hillary le viene por haber sido el primer hombre que puso los pies sobre la cima del Everest el 29 de mayo de l, 953 en compañía del sherpa Tenzing Norgay; sin embargo al éxito lo anteceden circunstancias desfavorables, porque  en su intento por alcanzar la cumbre en 1951 fracasó. Sin duda alguna después de esa tentativa externó la frase: “Monte Everest, tú nos has vencido; pero volveré y te venceré, porque tú no puedes hacerte más grande pero yo sí”. La frase externada por Hillary constituye un reto que demanda actividad, disciplina, preparación previa, cambio de actitud, evolución del pensamiento, coraje, enfoque, conocimiento del entorno, una serie de pasos en la planeación, objetivos, desarrollo de las principales estrategias , algunas recomendaciones, análisis y discusión, políticas, conocer las ventajas y las desventajas por hacerlo entre tantas otras cosas.

     Sir Edmund Hillary no se sentó a llorar su fracaso en los primeros intentos, no le hecho la culpa a las circunstancias adversas, ni a la topografía del lugar, mucho menos al equipo técnico  que lo acompañaba. No le echó la culpa a nadie ni se demeritó con pensamientos negativos por no haberlo logrado, sino que por el contrario; del fracaso en sus primeros intentos sacó las fuerzas, la tenacidad y el carácter para hacer lo que tenia que hacer, para hacer lo que se había propuesto. ¡Alcanzar la cima! Y por eso lo logró junto a su equipo de trabajo, 8, 848 metros escalados para contemplar el mundo desde su cima más alta, a las 11:30 horas de un día cualquiera.

     Haciendo una breve aproximación del trabajo de un montañista y explorador con nuestra actividad como garantes de la seguridad financiera; he visto a muchos hombres y mujeres alcanzar su propio Everest en un día cualquiera, en el ejercicio de esa profesión concreta y lo han logrado porque se lo han propuesto, lo han planeado, apriorísticamente han visualizado el porvenir trabajando con ahínco por lograrlo.

     También he visto con desaire como tanto joven, hombres y mujeres con todo un futuro por delante, equipados para el éxito renuncian  ante el primer intento y fracasan,  lloriqueando ante uno y  ante las personas que dependen económicamente de ellos, justificando él porqué de su fracaso, “llorando como niños lo que no supieron defender como adultos”, permitiéndose fracasar en un mundo carente de oportunidades laborales y todo por transitar en la senda fácil, cómoda, sin retos, anhelos y esperanzas.

     Nuestro Everest no puede hacerse más grande, pero nosotros sí poniendo en práctica los siguientes enunciados: disciplina, preparación previa, cambio de actitud, evolución del pensamiento, coraje, enfoque, conocimiento del entorno, una serie de pasos en la planeación, objetivos, desarrollo de las principales estrategias, algunas recomendaciones, análisis y discusión, políticas, conocer las ventajas y las desventajas por hacerlo entre tantas otras cosas como el estudio asiduo, el deseo de superación y el deseo por salir de la marginación, la pobreza y  la extrema pobreza en el peor de los casos.

     “Mi Everest no puede hacerse más grande, pero yo sí, por lo tanto volveré y lo venceré”.-

 

JOSÉ LUIS RIVEIRO FERNÁNDEZ

SANTO DOMINGO DE COBÁN, 26 DE JULIO DE 2,013

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30 abril 2013 2 30 /04 /abril /2013 17:04

 

     Dirigiéndome a un lugar de la Ciudad de Guatemala en una unidad del transporte público de pasajeros, me llamó la atención uno de los tantos vendedores que abordan esas unidades para ofrecer sus productos, en esta ocasión  un vendedor de panecillos que  después de opacar el murmullo  que se escuchaba en el interior con su plática de ventas  disertada a “todo pulmón” hizo que yo captara su atención; vi que al concluir la misma empezó a recorrer el bus de cabo a rabo  dejando sus productos a todos los pasajeros para inmediatamente después repetir  el mismo itinerario recogiendo ya sea el valor o el producto mismo. Esa segunda vuelta la hizo tarareando el salmo 23: “El Señor es mi pastor, nada me falta. En verdes praderas me hace reposar, me conduce a fuentes tranquilas y recrea mis fuerzas”.

 

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Su plática de ventas, su vestimenta y su actitud eran adecuadas, llenas de emotividad y entusiasmo, su final apoteósico. Lo que me hizo preguntarme al percatarme que el producto de su venta fue muy poco. ¿Qué le hace a este hombre actuar así? Su trabajo dudo  sea rentable, trabaja en lo que los economistas llaman economía informal, lo que hace que su trabajo sea discutido y mirado por no pocas personas con arrogante desconfianza.

     Si tan solo tuviera la oportunidad de emplear su talento bajo otras circunstancias, en un trabajo de tiempo completo, en una carrera para toda la vida vinculada al crecimiento socioeconómico y desarrollo personal como lo es la carrera de agentes profesionales de seguros y   que dicho sea de paso  estuve proponiendo a más de cincuenta personas las últimas dos semanas previo a su selección, capacitación e integración a mi equipo de trabajo, otra sería su suerte.

     ¡Ah! me dije, con doce de estos me conformaría, tan solo doce que encomienden al Señor su camino al salir de sus casas previo  a ejecutar su trabajo, tan solo doce que tengan  la actitud y los  buenos hábitos, tan solo doce que respeten y crean en lo que hacen, tan solo doce que sean propositivos, proactivos y que trabajen en equipo, tan solo doce que se unan a mi ideal, clarificando con mesura los aspectos más visibles y valorables de nuestra actividad y tratando de reducir al mínimo el lenguaje burocrático gerencial para describir lo difícil sencillo y reconociendo tristemente que, algunos (no todos) de mis asociados padecen lo que los médicos llamarían “rígor mortis” permaneciendo callados, inertes, acomodados en su  zona de confort; lo que es motivo de discusión y que impresiona desfavorablemente.

     “Aunque camine por lúgubres cañadas, ningún mal temeré, porque tú vas conmigo; tu vara y tu bastón me defienden. Preparas ante mí una mesa en presencia de mis enemigos. Me unges con perfume la cabeza, y mi copa rebosa”; canturreaba el vendedor de la camioneta encomendando al Dueño de todas las cosas su trabajo, el medio para alcanzar el fin de llevar comida a su mesa y para que su “copa rebose” abundantemente para el bien de todas aquellas personas que dependen de él y del fruto de su trabajo.

 

José Luis Riveiro Fernández

Santo Domingo de Cobán, 29 de Abril de 2013

 

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4 marzo 2013 1 04 /03 /marzo /2013 22:58

     En fechas recientes escuche  una frase atribuida a Sir Winston Churchill cuando fungía como Primer Ministro de Inglaterra: “ya hicieron lo posible ahora vayan y hagan lo imposible”, dicha orden fue externada en el contexto de la 2ª  guerra mundial; cuando Adolfo Hitler contraviniendo todos los tratados internacionales para la construcción de buques de guerra;  ordena construir el acorazado de guerra más grande del mundo y echa a la mar el orgullo de la escuadra alemana y terror del Atlántico “el  Bismarck”. Fue  construido para destruir todos los barcos que llevaban suministros provenientes de los Estados Unidos con rumbo  a Inglaterra, si los submarinos alemanes ya eran un atentado para esos buques, el Bismarck  extremaba la diligencia al sumarse a la destrucción que ocasionaban los  torpederos alemanes.

     En la noche del 22 de mayo de 1941, el Bismarck se aleja de la costa de Noruega acompañado del crucero Prinz Eugen y al amanecer del 24 se encuentran con el crucero acorazado Hood, el veterano más grande de la escuadra británica, al poco tiempo aparece otro barco ingles: el Prince of Wales; el enfrentamiento armado es iniciado por el Hood y le contesta el Bismarck con su batería de cañones de todas sus torres al unísono, inmediatamente después dirige todo su poder demoledor en contra del Prince of Wales,  dejándolo en poco tiempo fuera de combate.

     Entonces se inicia el enfrentamiento entre el Bismarck y el Hood, al poco tiempo este último escora a babor, se arquea y se parte en dos; inmediatamente se hunde la proa y la popa poco a poco desapareciendo en las profundidades del océano junto a su tripulación. Ante este hecho histórico El Fuehrer condecora con la Cruz de Hierro al comandante de la artillería del Bismarck, más otros incentivos que el Jefe del Tercer Reich otorgaba a los que ganaban las batallas.

     En este contexto histórico es cuando Sir Winston Churchill externa lo que para la flota naval y aérea fue un imperativo; cuando él pregunto porque no habían hundido al Bismarck y le contestaron que habían echo todo lo posible por hundirlo, pero que no había sido posible,  a lo que les refutó: “Ya hicieron lo posible ahora vayan y hagan lo imposible” y tres días después del combate una escuadrilla de aviones  peces espadas, atacaron al Bismarck haciendo blanco en él, uno de los tres torpedos que dieron en el blanco averió el mecanismo de gobierno del barco inmovilizando  los timones y haciendo que este perdiera la dirección; a la una de la madrugada  otra escuadrilla de  aviones torpederos   bombardean el barco acorralándolo  hasta que llegaron dos barcos de la armada inglesa: El Rodney y el George V abriendo fuego con cañones de 16 pulgadas, cuyos proyectiles pesaban mil kilos con una velocidad de media milla náutica por segundo, con buena puntería todos los proyectiles daban en el blanco, hasta que el Bismarck levanto la proa y se hundió en ese infierno que era entonces el océano; cumpliendo así con la misión que Churchill les había encomendado: hacer lo imposible cuando lo posible no había funcionado, hundiendo así la amenaza más grande de Inglaterra que dificultaba su abastecimiento.

      Le dieron  con todo lo que tenían el 27 de mayo de 1941 y a las 10:39 horas, el acorazado se hundió con la mayor parte de sus tripulantes, solo unos pocos sobrevivieron entre las olas. Los ingleses no solo destruyeron el Bismarck, el acorazado de guerra más grande y poderoso del mundo; sino también el orgullo alemán que les inculcaban desde niños “y que era el fundamento de su vida: la confianza en que ellos, los alemanes, eran invencibles”.-

     Amigos míos; haciendo una analogía con nuestra agencia, podríamos considerar que la misma es un buque en donde cada uno de nosotros es un tripulante; todos somos responsables de la nave, con una visión y una misión previamente establecida, si incumplimos con la misión amenazamos con hundir la nave y con ella a sus tripulantes; solo unos cuantos podrán salvarse;  hoy navegamos en mares turbulentos llenos también de amenazas, como aquellos  bucaneros enemigos carentes de ética profesional que nos torpedean cuando coincidimos con algún cliente concreto, navegamos en un mar saturado de rémoras que se adhieren tanto en la proa como en la popa, desviándonos de nuestros objetivos; pero con el peor enemigo con que nos encontramos en este tiempo presente son  nuestras propias tendencias naturales (malos hábitos) que amenazan con hundirnos, cuyas circunstancias desfavorables evitan que llevemos a tiempo, con prontitud, esmero y en abundancia  las provisiones a nuestros hogares y a nosotros mismos a puerto seguro.

      En aquel tiempo los ingleses contaban con un líder testarudo y persistente que jamás pensó en capitular  y ustedes también en este tiempo presente; ellos lucharon con todo lo que tenían en contra del acorazado más poderoso del mundo y le permitieron vivir tan solo 215 horas; cumpliendo con alto grado de exactitud lo que el líder les demandó: “ya hicieron lo posible, ahora vayan y hagan lo imposible”.  Hoy, hago mías las palabras de Sir Winston Churchill y los insto  a su fiel y estricto cumplimiento, porque solo haciendo lo imposible estableceremos la diferencia.-

 

 

Fuentes:

Selecciones del Readers Digest, tomo 3 No. 17; Abril de 1942

 

 

José Luis Riveiro Fernández

 

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31 diciembre 2012 1 31 /12 /diciembre /2012 19:56

A mediados del mes que hoy expira, un grupo de gente proactiva, consiente y responsable se dio cita a la Agencia de Cobán para asegurar el porvenir mediante la planificación estratégica que se desarrollará y ejecutará durante todo el año que viene. Como la planeación nosotros no la concebimos como un simple balance de sumas y restas, de estira y encoje, para ver quién da más o quien da menos según su capacidad instalada, previo a llevar a cabo dicha programación nos reunimos con la debida antelación para hacer un presupuesto de nuestros ingresos y egresos y poder así hacer un presupuesto de ventas a la altura de nuestros requerimientos, para no ofrecer un planteamiento que cause pena y tristeza y que nos permita obtener únicamente un ingreso de sobrevivencia, como solo los mediocres suelen hacerlo.

 

Después de consensuar y tener claro el horizonte hacía donde queremos llegar; analizamos tres cosas: ¿Qué cambiar? ¿Hacia qué cambiar? Y ¿Cómo provocar el cambio?;  de paso revisamos nuestra visión,  misión y  valores que nos servirán como instrumentos para corregir el rumbo cuando este lo amerite.

 

Para darle respuesta a las tres interrogantes hicimos un inventario de nuestras fortalezas y debilidades, nuestras oportunidades y amenazas y percibimos que los cambios más serios,  significativos y profundos, los que están en nuestras manos poder cambiar son internos y todos tuvimos diferencias en ese análisis FODA, solo una cosa tuvimos en común: La actitud, tan solo cambiando nuestra vieja actitud mental negativa podemos asegurar el porvenir, tan solo deponiéndola lograremos cambios en nuestra forma de ser y hacer.

 

Siempre he postulado que un cambio de actitud trae como consecuencia un nuevo estilo de vida; humildemente reconozco que no he estado equivocado y me di cuenta al estudiar  el libro titulado “El efecto actitud” escrito por el Profesor Víctor Kûppers, en donde él pone de manifiesto que la única diferencia con nuestros competidores está en las actitudes de las personas de nuestro equipo y que “la ventaja competitiva de las empresas de servicios que triunfan son las actitudes de sus personas”. Sin duda alguna todos debemos ser gestores de actitudes y una actitud adecuada será la pauta para cumplir con nuestra visión de futuro y con esa misión que en nuestro caso concreto será asegurar personas y sus bienes materiales como nunca lo habíamos hecho porque como dice Kûppers respecto de la actitud: “Para mí, es sin duda la variable estratégica de una empresa de servicios, y por tres razones. Uno: Porque es la actitud de las personas la que genera la confianza del cliente; dos: Porque no cuesta tanto dinero como crear una marca, y tres: Porque es la más difícil de copiar.” ¿Qué se puede inventar que no pueda copiar la competencia? Solo la actitud de las personas.

 

Significa que cualquier idea o sugerencia puede ser plagiada, solo la actitud no lo puede ser y es la que marca la diferencia entre una u otra persona, entre un equipo y la competencia. Kûppers determina el valor profesional de una persona por la siguiente fórmula: (Conocimientos + Habilidades) x Actitud. “La actitud es el factor que diferencia a dos personas”. Respecto a la formula estoy  de acuerdo con el autor, aun así yo me sigo guiando por la vieja fórmula CASH: Conocimiento, actitud, soltura, hábitos; establecida por LIMRA en el año 1963 después de una intensa investigación, siendo la suma de los cuatro componentes igual a ÉXITO, pero como dice Kûppers el conocimiento y las habilidades son importantes pero nunca suficientes, solo la actitud es el factor  diferencial.

 

A pocas horas de arribar al 2013 recordemos que solo la actitud es el remedio infalible para garantizar  nuestra visión, misión, valores, metas y objetivos  con un alto grado de exactitud y excedencia.

 ¡Felicidades y bendiciones en el año que comienza!

 

JOSÉ LUIS RIVEIRO FERNÁNDEZ

Santo Domingo de Cobán, 31 de Diciembre de 2012

 

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11 diciembre 2012 2 11 /12 /diciembre /2012 01:16

Abraham Zaleznik, profesor emérito de la Escuela de Negocios de Harvard dijo una vez que: “Los líderes son individuos que nacen dos veces, que tienen alguna experiencia extraordinaria que les comunica un sentido de apartamiento o aún de malquerencia de su ambiente y, en consecuencia se concentran en sí mismos y resurgen con una identidad creada, no heredada”.

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     Contraviniendo la lógica literaria estas últimas  elucubraciones sobre liderazgo sin cargo, debieron  ser las primeras y no las ultimas; lo hice adrede para verificar si  los líderes que conozco y que son mis asociados nacieron dos veces. Obviamente el primer nacimiento ocurrió el día en que un par de nalgadas desgarró un torrente de lágrimas, las del recién nacido, las de la madre y las del padre al ver la cuenta del hospital.  El segundo nacimiento debió darse hace mucho tiempo, pero para aquellos que no lo han logrado, es decir liderar bien en el ejercicio de nuestra profesión concreta, tuvimos la ocasión en nuestra primera reunión sobre LSC, llevada a cabo al comenzar este año  en  Casa Ariana, ubicada en la zona 9 de la Ciudad de Guatemala, cuando iniciamos nuestra filosofía que postula que para liderar no necesitamos cargo.

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      Ese día intentamos  resucitar al líder que todos llevamos dentro; claro está, en el caso particular de aquellos que no hemos nacido por segunda vez a la vida, a una vida con sentido, plena, satisfactoria y productiva y para ello los organizadores simularon un cementerio en los verdes patios del lugar, que nos hizo recordar lo breve que es la vida y que aquí solo estamos de paso.  En ese cementerio simulado estaba nuestro nombre, como queriendo decir: Aquí yace fulano de tal, particularmente imaginé el epitafio que me gustaría que mis seres queridos me pusieran al momento de ese fatídico momento en que me toque dormir el sueño de los justos. Posteriormente nos dimos paso, uno detrás del otro a una capilla funeraria, puesta en el lugar, la cual contenía dos féretros, muchos se encaminaban a ese lugar con paso lento y cara compungida, como temiendo encontrarse con alguien muerto en su interior y el ejercicio fue algo siniestro porque al abrir la tapa de la caja y observar su interior nos reflejamos en un espejo. Muchos nacieron ese día por segunda vez y descubrieron que para liderar no se necesita cargo y que el liderazgo no está reservado para unos cuantos egresados en las escuelas de negocios de cualquier universidad.

 

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     El macabro ejercicio invitó a resucitar al líder que todos llevamos dentro, a despertar a ese gigante interior, a descubrir los dones y talentos que Dios nos regaló para ponerlos al servicio del prójimo y no para mantenerlos escondidos, fue una clara y abierta invitación para nacer por segunda vez y para que dijéramos como Jesús le dijo a Lázaro. ¡Levántate Pedro! ¡Levántate Juan! ó ¡levántate María!

 

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     Volviendo a mi preámbulo introductor, no olvidemos que: “Los líderes son individuos que nacen dos veces, que tienen alguna experiencia extraordinaria que les comunica un sentido de apartamiento  o aun de malquerencia de su ambiente y,  en consecuencia se concentran en sí mismos y resurgen con una identidad creada, no heredada”.-

 


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José Luis Riveiro Fernández, LSC

Santo Domingo de Cobán, 10 de Diciembre de 2012

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